Hace unos días conocí a alguien con quien tuve una conversación muy interesante. Entre cosas y cosas, me dijo "eres demasiado analítica". No pude hacer nada salvo darle la razón. "Me gusta saberlo todo sobre todo", le dije, "la información es poder". Y él me explicó, con gran acierto, que muchas veces la lógica y el análisis no hacen sino alejarnos de la verdad que pretendemos conocer.
Hoy recuerdo esa conversación y pienso en la frase de El Principito que dice más o menos que tan sólo se ve bien con el corazón, pues lo esencial permanece oculto a los ojos. ¿Años y años de observación no sirvieron para nada? Creo que algo aprendí de observar a la gente, pero es cierto que cada día le dejo menos espacio a mi corazón para opinar. Estoy contaminada, se diría, por la manzana del Paraíso. Sé que eso me diría Teddy, un personaje de J.D. Salinger.
Teddy es uno de los cuentos incluidos en el libro de relatos Nueve Cuentos, del Maestro. Teddy es un niño superdotado de 10 años (como otros tantos niños superdotados que pululan por los libros de Salinger). La manzana de la que comió Adán estaba llena de lógica, y otras cosas intelectuales. Para ser capaces de ver las cosas como son, y no como nos enseñaron que deben ser, es preciso vomitar hasta el último trocito de manzana que aún tengamos dentro. También dice Teddy que no se les debe decir a los niños que un elefante es grande. Un elefante es grande sólo en comparación con otra cosa, como un perro o una señora. Lo más adecuado, si se tuviese un elefante a mano, sería dejar que los niños se acercasen a él, sabiendo tanto de él como el elefante sabe de los niños. Curioso método de aprendizaje pero, ¿quién dice que acaso no sea el mejor?
Debo anotarlo en tareas pendientes. Pensar menos. Sentir más. Relajarme y dejar que las cosas pasen a través de mí. La felicidad está cerca, muy cerca. Tanto que casi puedo verla. Y no dejaré que se pierda entre conjeturas tontas. Nada de manzanas. Nunca más.
Creo que con el paso del tiempo nos volvemos cada vez más críticos, con nosotros mismos y con lo que nos rodea. El arte es saber ser objetivos.
Por cierto...me gusta el cambio que le has dado al blog ;).Te queda mejor así, jaja.
Siento no haber aparecido por aqui antes, pero ando más liada. Espero que todo vaya bien.
Cuando quieras hablamos.
Besos